“La pelota está ahora en el tejado del Banco Central Europeo. Nosotros ya estamos haciendo lo que podemos”. Ese es el resumen de las respuestas que hemos obtenido de diversos miembros del Gobierno esta mañana en el Congreso de los Diputados. ¿Quiere eso decir que ya hemos llegado al límite, que nuestro destino ha pasado a otras manos?

Rajoy hablando en el pasillo del Congreso para que no le acusan de no dar la cara

Con la prima de riesgo a 5o7 puntos comenzaba hoy la sesión de control más lúgubre de las que he presenciado. El propio Rajoy ha alertado de que “el Gobierno debe 30.000 millones de intereses de la deuda” y ha empleado expresiones como “salir del pozo” para recalcar lo que los ministros tenían grabado en el rostro. Desánimo y frustración. Las palabras que se pronunciaban en el hemiciclo retumbaban huecas. Hasta costaba plantear preguntas, cuando la evidencia era tan demoledora. La que primero se te ocurre es ¿hasta cuando puede España asumir los intereses de la deuda? Y la segunda, ¿no es hora ya de un pacto de Estado, de recuperar el espíritu de los Pactos de la Moncloa? ¿No es suficientemente grave la situación cómo para que los partidos se comporten como estamos esperando de ellos? ¿Podemos seguir permitiéndonos unos políticos empeñados en tirarse el pasado a la cara?

El cuerpo de la vicepresidenta Soraya Saénz de Santamaría estaba sentado en el sillón azul, al lado de Rajoy, pero ella se encontraba en otro lugar. Cariacontecida, seria y muy preocupada. Ha salido disparada a la reunión de subsecretarios. En el camino al coche le preguntamos hasta cuando podemos resistir. “Ya lo vengo diciendo, el problema más grave es la deuda”. ¿Sabes si el BCE va a comprar deuda? “No lo sé”, responde. Se te ponen de corbata, cuando ni tan siquiera la mujer más poderosa de España tiene idea de qué va a pasar.

Esperamos al ministro Montoro a que acabe en la tribuna con su habitual estribillo de ‘la herencia del PSOE’. “Tenemos que seguir reformando” ha insistido. Pero  ¿cúal es el límite? “No voy a contestar a eso ahora”, me dice lacónico, lo cual choca dado lo que le gusta hablar con los periodistas. Sin embargo, hoy no encuentra palabras para explicar lo que está sucediendo. En esta crisis tan bestia, ¿cúal es el margen de maniobra del Gobierno?, José Luis Ayllón, secretario de Estado con las Cortes, dice “seguir insistiendo en la misma línea”. Y te deprimes un poco más, porque ya hemos comprobado que esa ‘línea’ no da resultados. Falta creatividad e inteligencia estratégica. Es evidente que el BCE no es Lourdes.

Ana Pastor, ministra de Fomento, asegura que “Vamos a seguir trabajando en la misma línea. Ahora le toca al BCE. La pelota está en su tejado. Nuestras instituciones son solventes, eso es en lo que hay que fijarse y no mirar tanto la deuda”. Por muy solventes que seamos, los que tienen que entenderlo parece que no lo perciben de esa forma, apunto. Y vuelve a señalar al BCE como el único capaz de solucionar nuestros problemas. Arias Cañete charla con Alfonso Alonso. ¿Qué puede hacer el Gobierno en esta situación tan desesperada? “No es tan desesperada. Hay cosas peores. Yo tengo una estampita de San Antonio”, concluye el ministro de Agricultura tratando de rebajar el drama con un poco de humor mientras le dice a Alonso que no le vendría mal una tila.

De pacto ya ni hablamos, dado que cada semana pregunto lo mismo y obtengo idénticas respuestas. “No es necesario. Tenemos la confianza de quienes nos han votado”.  Intento hablar con Rubalcaba para saber si al menos hoy Rajoy le ha puesto al tanto de la situación pero se cierra en banda y guarda silencio. Soraya Rodríguez, la portavoz socialista, e Inmaculada Rodríguez Piñeiro, confirman que “el presidente no ha hablado con nosotros a pesar de la situación de emergencia en que estamos”. ¿Podemos pagar los intereses? “Es casi imposible mantener este nivel”.

Tratando de no dejarme llevar por la desesperanza y con la sensación de haber asistido a un funeral, me voy a escribir. Y me autopregunto ¿es esto todo lo que puedo hacer?

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