“¿Cuento teníais pensar dar a las entidades de gestión en compensación por el canon digital? ¿100 millones?”, preguntó Víctor Calvo-Sotelo, el actual secretario de Estado de Telecomunicaciones y Sociedad de la Información, al equipo saliente cuando tomó el relevo. “Ni la mitad”, le respondieron sorprendidos. El gobierno de Zapatero que tenía previsto desde hacía tiempo sustituir el canon digital por una compensación directa del Estado a las entidades de gestión, con cargo a Presupuestos, consideraba que con 25 millones iban que chutaban. Sin embargo, la derogación del canon que habían pensado ligar a la aprobación del reglamento de la ley Sinde, anunciando ambas medidas a la vez, jamás se produjo. Por lo que el PP, en cuanto llegó al Gobierno, aprobó el modelo heredado tal cual.

El pobre Calvo-Sotelo, un mero figurante tal y como ha quedado demostrado en el año que lleva al frente de su secretaria, no tuvo ocasión de tomar parte en este negociado, ya que José María Lassalle, al frente de la secretaria de Cultura, se erigió inmediatamente en el responsable absoluto de todo lo que tuviera que ver con propiedad intelectual, ley Sinde y canon. Soraya quería a alguien de su confianza para no tener que soportar una nueva bronca del embajador de Estados Unidos, como la que le montó nada más ganar las elecciones para que aprobara urgentemente el reglamento de la ley Sinde, como así hizo. Después de hacer números, en Cultura han adelgazado la cifra hasta dejarla en un 0,5% de lo que Calvo-Sotelo tenía en mente.

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