Por Pilar Portero

Las tendencias son así. Ayer el ICO (Instituto de Crédito Oficial) era la estrella, un pozo sin fondo del que el Estado sacaba para sus decenas de planes. Y ahora es el Fondo de Garantía Salarial (Fogasa) el actor revelación gracias a la Reforma Laboral que hoy se aprueba en el Congreso. Lo mismo pasa con Ferrán Adría, que ha sustituido a Fernándo Alonso en los anuncios más peregrinos. La moda es más que un vestido adlib firmado por Kate Moss aunque tu no seas consciente.

¿Puede el Gobierno poner de moda una institución tan aparentemente aburrida como el ICO o el Fogasa? Por supuesto. De hecho, el anterior director del Instituto de Crédito Oficial, Aurelio Martinez, tuvo que escribir una tribuna en El País defendiendo el papel estratégico de la entidad ante el aluvión de críticas recibidas. Sacando pecho aseguraba: “el ICO aportará este año, si se cumplen las expectativas y se mantienen las tendencias, el 45% de las necesidades de financiación neta de la economía española, más que ninguna otra institución financiera”. Un hito insólito que evidencia el protagonismo y la consiguiente exposición pública que durante la crisis ha padecido este silencioso organismo. El ICO se reveló como objeto de deseo mediático cuando el pasado febrero, el redactor jefe de economía del mismo diario, Miguel Jiménez, se sumaba a la firma de Iñigo de Barrón, especialista en finanzas, en una sencilla entrevista al nuevo director de la entidad. Sin embargo, el Fogasa acaba de robarle plano.

Celestino Corbacho citó insistentemente al Fondo de Garantía Salarial el pasado martes en la rueda de prensa del Consejo de Ministros en la que se presentó el texto de la Reforma Laboral que hoy debe aprobar el Congreso. ¡Dios Salve al Rey! pensé cuando en los corrillos finales le preguntamos si el Fogasa podría con todo lo que se venía encima más el montante de indemnizaciones que ha tenido que asumir desde que comenzó la crisis. Sólo en los seis primeros meses de 2010 ha gastado más de 563 millones de euros en pagar a los trabajadores que se habían quedado a dos velas por insolvencia o concurso, entre otras razones. A las que ahora se sumará el pago de 8 días de la indemnización de los contratos indefinidos. Este fondo dependiente del ministerio de Trabajo que se alimenta con las aportaciones de las empresas, es el hit del verano en versión económica.

Y si un ente poco glamuroso puede ser tendencia, como no lo va a ser Ferrán Adría. Aunque tiene su gracia y también su análisis que deportivos como un cocinero supere en fervor publicitario a tops model como Fernándo Alonso o Rafa Nadal. Adriá es un personaje carismático en las distancias cortas por su naturalidad y facilidad para narrarse a si mismo. Quién ha tenido el placer de asistir a una de sus charlas y le ha escuchado contar que declina suculentas ofertas para ir a cocinar para un poderoso jeque, no entenderá nada. ¿Por qué renuncia a esa concepción pura de su oficio para satisfacer a un empresario de colchones? ¿Qué sentido tiene que se ponga una cuchara en el ojo -recurso de publicitario malillo- para tratar de incrementar la venta de Pikolín? O que se preste a cambiar una capa de gomaespuma de sitio…Y encima afirme que estamos asistiendo en directo a la revolución del colchón. En fin, que la agencia de publicidad Vinizius Young&Rubicam se ha lucido. Pero Adría puede cerrar El Bulli tranquilo y aprovechar el tirón. Más seductor que el Fogasa sí que es.