-La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia acumula un retraso de más de 150 expedientes pendientes de resolver

-Crecen las tensiones entre la vicepresidenta de la Comisión y el director de energía, ambos recomendados de los hermanos Nadal

-Se han producido atascos que afectan, por ejemplo, a la liquidación de las primas de las renovables

María Fernández, vicepresidenta de la CNMC

Más de 150 expedientes se acumulan ya en la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) al mes de echar a andar. Las tensiones internas entre dos de sus directivos están provocando atascos peligrosos que han retrasado asuntos que no admiten demora, como por ejemplo la liquidación de las primas a las renovables, algo que antes se llevaba a rajatabla. Ese modelo idílico de competencia y regulación de los mercados, que la vicepresidenta Sáenz de Santamaría ha implantado en aras de la transparencia -a pesar de haber sido diseñado por Telefónica-, comienza a demostrar su ineficacia.

Tras el escándalo que supuso la designación de sus directivos, que Bruselas había exigido que fuesen independientes, pero que fueron nombrados según los intereses de los miembros más influyentes del Gobierno, saltándose incluso sus propias normas de convocatoria pública, ahora resulta que el regulador único se revela incapaz de operar al ritmo exigido.

“La nueva estructura es muy presidencialista, todo se decide entre el presidente, Marín Quemada, y la vicepresidenta, María Fernández Pérez. El consejo no pinta nada”, aclara una fuente cercana al organismo. Y es precisamente la vicepresidenta, que hasta principios de octubre era supuesta mano derecha de Álvaro Nadal –jefe de la oficina económica de la Moncloa-, como directora de la Secretaría Técnica de la Comisión Delegada para Asuntos Económicos, quien ha hecho prender la mecha.

Una media de entre 60 y 70 expedientes deben ser resueltos cada semana por el Consejo, pero María Fernández ha pedido que no pasen más de 10 porque si no no puede digerirlos convenientemente. Por ley, la CNMC debe examinar todas las normas de Real Decreto para abajo, a lo que se suman consultas de empresas o de comunidades autónomas, entre múltiples cuestiones relacionadas con regulación de los sectores. “La dirección de energía envía en torno al medio centenar de expedientes; de telecomunicaciones proceden entre tres y seis; y de transporte y postal entran un máximo de dos. Algunos de esos expedientes están sometidos a presión temporal, porque implican un flujo de pagos que si se retrasa causa graves problemas a los beneficiarios”, explica un exconsejero. Sin embargo, sus órdenes no cuentan para el director de instrucción de Energía, Fernando Hernández, que continúa elevando al consejo el grueso de los expedientes para que nadie pueda exigirle responsabilidades por el retraso. Las tensiones entre ellos, según apuntan desde dentro de la comisión, están a punto de estallar. “Fernando Hernández se cura en salud: si hay problemas, que le pidan explicaciones a ella”.

Destituciones en Energía

A María Fernández no le ha debido parecer procedente que el hermano de su anterior jefe, Alberto Nadal -secretario de Estado de Energía-, mandase a su amigo y asesor, Fernando Hernández, a la comisión para actuar como comisario político. A Alberto Nadal, los informes de los técnicos de la antigua Comisión Nacional de la Energía (CNE) sobre sus decretos de autoconsumo y renovables no le agradaban. Así que el último capítulo ha sido destituir a los insolentes cuatro subdirectores del área energética que habían osado cuestionar sus ideas. En su lugar ha colocado a personal de menor rango, más agradecidos con el ascenso y, por lo tanto, más comprensivos. Por supuesto, con urgencia y sin la exigida convocatoria pública. Tendría gracia que los recién despedidos se presentasen a la convocatoria pública a posteriori, ya que en teoría hasta que no se cumpla ese requisito, los actuales están provisionalmente nombrados.

Que los directivos apadrinados por los dos hermanos Nadal se maten entre ellos no quiere decir que los mellizos estén también a la greña. Siguen siendo dos en uno. “María Fernández, cuyo puesto en la Moncloa colgaba del de Álvaro Nadal, se llevaba muy mal con Eva Valle, esposa de Alberto Nadal, que dependía como ella de Álvaro. Así que los cuñados la desplazaron con promoción vertical para quitársela de encima. Quizá eso explique por qué existe tanta fricción con el recomendado de Alberto”, dice la una fuente interna.

La estrategia, tal y como apuntan algunos de los que observan a diario el in crescendo, “podría ser hacer reventar la situación para que explote, y que se deleguen más funciones en Fernando Hernández sin intervención de la sala”.

El nepotismo tiene sus fallos hasta para los que lo practican.

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