Se ha liquidado a los críticos y se ha premiado a los amigos. De las 250.000 personas registradas para votar, poco más de 95.000 lo han hecho para elegir al ya secretario general Pablo Iglesias, solo el 42%. Pese a lo fácil que era votar por internet -ya sea desde el parque con tus niñas o desde la oficina, en palabras de Luis Alegre y Carolina Bescansa-. La organización es ya un partido vertical, al estilo de los viejunos PSOE y PP, por más que sus directivos se cabreen. Las listas serán abiertas, pero las jugadas para aparcar en el camino la pluralidad de ideas están ahí, aunque Pablo Echenique y lo suyos intenten ser discretos para no cargarse el proyecto. Mientras unos achacan la participación menor de la prevista al desencanto hacía los fundadores, los “oficialistas” del nuevo secretario general mantienen que han faltado un par de días más para votar. Eso sí, “el pueblo unido jamás será vencido” de Quilapayún -lo primero con que ha arrancado Iglesias nada más iniciar su discurso- o L’Estaca de Lluis LLach seguirán tapando los problemas quizá el tiempo suficiente para llegar a las elecciones generales. Para entonces, puede que Monedero haya resuelto ya su duda metódica, puño abierto o mano a lo cinco lobitos, y que la banda sonora de la formación se haya modernizado.

“Fíjate en el equipo, mayoría de menores de 30 y alrededores, para muchos este va a ser su primer trabajo. Acabarán reproduciendo en unos años lo que ahora denunciamos”, comentaba decepcionado a su acompañante uno de los asistentes al acto de proclamación de Pablo Iglesias hoy en el teatro Nuevo Apolo de Madrid mientras salían. “La lealtad en unos casos y la amistad en otros, ha sido el criterio con el que se ha conformado el Consejo Ciudadano”, reconoce un miembro de Podemos también presente en el teatro. “A las dos valencianas de la lista, por ejemplo, no se las conoce casi en los círculos de Valencia. Una de ellas creo que es amiga de Íñigo Errejón”, apunta como ejemplo otro de los Podemos de esa comunidad preocupado por la falta de democracia interna que ha descubierto estos dos últimos meses. Observando el Consejo Ciudadano, Pablo Iglesias arranca como terminan históricamente los gobernantes, rodeados de fieles y sin voces críticas alrededor.

Justo los críticos apuntan ese pequeño detalle como probable causa de que un 58% de los 250.000 registrados para poder votar, hayan declinado hacerlo. Ayer por la tarde, la baja participación era una de las preocupaciones entre los promotores. Al final han votado 107.000, cifra por debajo de los 112.000 que refrendaron los documentos fundacionales. Eduardo Maura, ya en el Consejo Ciudadano y uno de los ideólogos más próximos al núcleo duro complutense, explica que ha habido dos días menos para votar que la vez anterior y que ha faltado el fin de semana. Versión oficial que repiten otros de la lista de Iglesias que tantas suspicacias ha levantado.

Los primeros nombres que apuntaron entre los cinco del núcleo duro correspondían en un alto porcentaje a hombres del entorno cercano, amigos y colegas de la Complutense, y de Madrid. Luego hubo que buscar mujeres para cumplir con la paridad y repartir la procedencia geográfica. Requisito esencial, subrayan las voces internas discordantes, que el agradecimiento por formar parte de la lista garantizara su lealtad. La eurodiputada Tania González dice que “las mujeres que están se lo merecen” cuando comentamos con ella las dificultades para completar la lista femenina.

El grupo de análisis de redes Agarista, que ha monitorizando el entorno de Podemos en los últimos meses, ha detectado cómo se han articulado las relaciones entre los integrantes del Consejo Ciudadano a partir de su comportamiento en twitter. Desde el 7 de noviembre, el núcleo duro ha comenzado a seguir a buena parte del Consejo por orden de lista, sobre todo a ellas, a quienes Iglesias, Luis Alegre y Tania González han clickado esta semana una detrás de otra revelando que su designación podría responder al cupo de paridad perfecta. Tania González explica que efectivamente lo hicieron con la lista en la mano para seguirse entre todos. Lucía Ayala, del equipo técnico que ha preparado la Asamblea Ciudadana y miembro del Consejo de Iglesias, dice que “muchos no usábamos twitter, yo me he abierto cuenta hace poco, por eso es ahora cuando hemos comenzado a seguirnos”. A lo que Eduardo Maura añade que menos Errejón, el resto eran escasamente activos en twitter y se manejaban mejor en facebook.

¿Se eligió a los mejores? Pregunta obligada después de que Iglesias anunciara sobre el escenario que se rodeará de los mejores para elaborar el programa electoral, a lo que un relevante integrante de unos de los círculos más poderosos antes de que la dirección los relegara comenta: “Podía haber empezado por integrarlos en el Consejo en lugar de ponerse a buscarlos a posteriori “. Repasando currículum a currículum es difícil detectarlo. Pablo Iglesias solo ha señalado como los mejores en su discurso a Bescansa, Errejón, Alegre y Monedero. La labor docente o los estudios aún por terminar es predominante. Sorprende la ausencia de diversidad profesional, las carreras de letras se imponen a las de ciencias.

Hoy, en el teatro Nuevo Apolo se ha podido constatar que Iglesias no es una excepción en cuanto al déficit de conocimiento económico de los líderes. Los nervios delataban su falta de soltura al abordar esos temas, lo que suple con una retahíla de cifras producto de la crisis y la gestión del Gobierno. Se echa en falta compromiso con medidas de actuación concretas, más allá de “hay que trabajar menos horas, hay que trabajar diferente” o “defendemos que una mujer decida cuándo quiere tener un hijo”. Carencias pendientes de que los ‘mejores’ las concreten y envasen listas para competir, primero en las autonómicas y después en las generales.

Artículo publicado originalmente en el Huffington Post

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